Mi historia comienza en una infancia marcada por la adversidad, rodeada de violencia y maltrato.

Fueron años difíciles que, a medida que crecía, se convirtieron en el caldo de cultivo para patrones y creencias que, inconscientemente, repetí en mi propia vida.

Con 39 años y tres hijos maravillosos, mi historia es una transformación continua, inspirada por el despertar que experimenté con la llegada de mi primera hija, y de una gran crisis personal. Todo un gran recorrido de superación, de subidas y bajadas, y la afrontación de muchísimas carencias, una infancia y adolescencia, totalmente rota.

El verdadero despertar ocurrió con la llegada de mi primera hija. Fue una luz que iluminó mi camino, mostrándome la necesidad urgente de cambiar, de romper con ciclos tóxicos y crear un entorno diferente para mi familia.

Hace aproximadamente 8 años, comencé un profundo proceso de autodescubrimiento a través de la espiritualidad, las terapias alternativas, y formación educativa para mi familia, desde el trabajo de Jaume Campos, sin él, nada hubiera sido posible.

Mis grandes dificultades las encontré en el papel de madre. Ahí es cuando todo afloró. Era vivir en una constante e incesante contradicción, toda una tormenta en mi interior, y las mayores de las felicidades, cuando contemplas los rostros de tus hijos, prometiéndote, una y otra vez, que no haría lo que hicieron conmigo, para que no se sintieran como yo me he sentido toda mi vida. Contra más me prometía, más me exigía comportarme como «una buena madre», más el monstruo se asomaba.

Todo un gran proceso, que tuve que afrontar dándole precisamente una vuelta de tortilla, yendo hacia mi interior, y entendiendo qué pasaba que no podía comportarme como creía. Sumergiéndome en mi realidad interior, y comprendiendo, que llegar allí, es el resultado del propio trabajo personal.

Las demandas, el llanto, sus enfados, y un largo etcetera, me hacían sentirme desbordada, desesperada, perdida… Vivía la maternidad con mucha carga, crecía la necesidad de control, de exigencia hacia mi misma, y hacia mi familia…siempre al límite en cuanto mis emociones.

Durante todos estos años, y con la ayuda de mi gran compañero de vida, pude ir dándome cuenta de los cambios, pero lo más importante, poder valorarlos como se merecen. Querer que las cosas fueran de una determinada forma, la poca autoestima, un sin fin de experiencias sin gestionar, no me permitían ver y disfrutar de la vida. 

La necesidad y no ser consciente de ella, es como ir navegando hacia tierra sin brújula. Sin querer quererlo, me rendí a la vida, dejando de luchar por conseguir algo. Simplemente vivir el aquí y ahora, y por supuesto, con momentos de todo, pero tranquila de que me tengo a mi misma con las herramientas necesarias para seguir caminando.

Sigo aprendiendo día a día, de las personas y de mí misma. Llevo años formándome en terapias alternativas, especialmente en aromaterapia a todos los niveles, y forma parte de mi día a día, de mi vida. También estoy certificada en flores de Bach, gemoterapia, hidrolaterapia, cosmética natural, y terapias manuales, como la Maderoterapia, reflexoterapia y quiromasaje.

Toda la formación realizada la he podido experimentar en mi día a día siendo yo misma, mi principal terapeuta, por supuesto, siendo acompañada por el centro Jaume Campos Center, y aplicándolo en cada situación y persona, el método y la Educación Emocional Jaume Campos®.

Lo que me ha tocado vivir, ahora y gracias a la educación emocional jaume campos®, puedo vivirlo desde otro lugar, no desde el drama o el victimismo, sino desde un aprendizaje profundo que me nutre en el camino de vida. Sin ello, hoy no sería posible estar aquí.