En la actualidad, estamos acostumbrados a decir que tal persona tiene carácter o carácter fuerte, o que es una persona de carácter. Nada más lejos de la realidad. No solo no es real, y ese comportamiento no es más que la consecuencia de algo que surge en su interior, su sentir. Sino que nos asusta o nos molesta muchísimo ver personas con estas formas de expresarse. No solo hay creencias, patrones e ideas…sino que interactuar con personas así, seguramente nos proyectan bloqueos emocionales propios. El miedo a nuestro padre o madre cuando se enfadaba con nosotros, el profesor, la tía, el hermano…
Todo aquello que vas experimentando y que no somos capaces de gestionar, se va acumulando en nuestro cuerpo, y de forma innata, se nos va a repetir una y otra vez, en diferentes entornos, con diferentes personas, y de diferentes “formas”, para que podamos aprender de ello.
Una persona con “carácter”, no es más que una persona inmadura emocionalmente, que no sabe gestionar sus emociones, y que se expresa interactuando de forma visceral. Va acumulando, y acumulando emociones…hasta que explota. Desde esta forma de funcionar, porque al final es eso, no sabe hacerlo de otra manera, no se puede aprender.
Es como una olla a presión. Se va llenando y llenando de las emociones ante las situaciones que va viviendo día a día, hasta que es tan grande la tensión interna, que explota, como la válvula de la olla a presión, y no hay más elección que esta. Y de nuevo, la olla está vacía, hasta que llena de nuevo.
Esta forma de expresarse al mundo, nada tiene que ver a su personalidad, es una coraza o una forma de “protegerse”, no hay consciencia de lo que siente, y en verdad, nada de esto es real, forma parte de ese personaje que creamos para sobrevivir. Y esto va a depender de lo heredado, adquirido e interpretado. Tendrá integrado como creencia que mostrarse vulnerable, la realidad de su interior, de lo que siente, le van hacer daño, o quizás es de débiles, o que va a ser rechazado… un sin fin de como uno lo vive, pero que al final, lo que importa, es cómo se siente ante lo que está ocurriendo, darle el valor que se merece.
Negar lo que siento, es negarse a uno mismo.
Con la Gestión Emocional, hay aceptación y elección.