Con la mirada en el futuro
La sociedad moderna, está acostumbrada a enfocarse en el futuro, pero no solamente eso, sino crear y diseñar su vida ideal. Que eso a priori, parece guay no?Oye la vida que deseo para mi, toma ya. Pero detrás de todo esto, podemos ver cuestiones que no todo el mundo, está preparado para escuchar.
El primer punto sería, si tenemos en cuenta la inmadurez emocional de la sociedad, y sin esa madurez, no es posible el aprendizaje de lo que hemos vivido en el pasado. Y sin comprender y aprender del pasado, no `podemos vivir el presente, el aquí y el ahora. Y si no podemos ni vivir el aquí y el ahora, cómo vamos a crear un futuro. Sí, desde la fantasía y desde un mecanismo inconsciente de huída. Huir de lo que siento, porque no sé ni que hacer con ello.
Eso que siento, es todo mi pasado que me persigue una y otra vez, que se me presenta constantemente en el hoy, como una oportunidad de aprendizaje. Pero que yo, sin comprenderlo, sin tener recursos y herramientas, pero es que además, me da miedo, no hay posibilidad de elección, y de mucho menos, vivir una vida plena y con tranquilidad.
Trabajar todos mis conflictos y bloqueos internos, me permite aprender emocionalmente de lo que me ha tocado vivir, y no solo eso, sino que me aporta todo ese autoconocimiento para poder seguir caminando en la vida, sabiendo que pase lo que pase, estaré preparado para lo que llegue. Es abrazar y rendirte a la vida. Disfrutando de todo cuanto nos llega de la vida, sin más.
Diseñar cómo debería ser tu vida, o centrarte en esos objetivos, tan solo es una idea, una expectativa, e incluso una creencia social, que te lleva a empujar y luchar no solo hacia un destino, que seguramente no estamos preparados, sino a luchar y rechazarnos a nosotros mismos.
No importa tanto el qué y el cuándo. Sino que ante cualquier impacto que se me presente, tendré a la persona más fiel, amorosa y auténtica, a mi misma.
Gracias a la Educación Emocional Jaume Campos®, y el Método Jaume Campos®, es posible. Limpiando paso a paso, aquel cristal que no nos permite ver lo que realmente somos, lo inmensidad de nuestro ser, y lo que podemos llegar a aportar y compartir al mundo, porque sin esta premisa, qué sentido tiene la vida.
Todo cuanto necesitamos, está dentro de nosotros.